Kolobok cumple su mayoría de edad en México, 18 años durante los cuales la familia Leonov ha compartido algunas de sus recetas tradicionales desde el calor de la cocina rusa con los comensales mexicanos.
El destino final era Canadá. Sin embargo, el destino marcó un rumbo distinto para los Leonov, cuando salieron de Tatarstán, en Kazán, para aventurarse en una nueva historia.
México era sólo transitorio, sin embargo, al no haber éxito en el plan hacia Canadá, comenzaron a trabajar y aprender el idioma en el día a día. La señora Olga, quien siempre ha tenido talentos culinarios, comenzó a vender empanadas en el centro de idiomas de la UNAM por sugerencia de una amiga. Después, decidió montar un puesto en la colonia Santa María la Ribera, donde la clientela aumentó al punto que decidieron emprender un negocio más estable.
Kolobok vio la luz en abril del 2001, aunque con un concepto distinto. Vasily Leonov, quien estudió Turismo, comenzó a implementar mejoras, tanto para los clientes, como para sus empleados. Eventualmente, Kolobok creció al punto de posibilitar la apertura de una segunda sucursal en Avenida Universidad, una zona de alto nivel en la Ciudad de México.
El negocio se ha diversificado, con servicio para eventos, tienda de artesanías y contenido online sobre cultura rusa. En 2018, Vasily Leonov llevó a Kolobok al siguiente nivel: una estación en el Mercado Gourmet de Polanco.
18 años de experiencias, de aprendizajes y muchos aciertos han llevado a Kolobok a posicionarse como uno de los mejores restaurantes de la Ciudad de México. La familia Leonov ha trabajado con ahínco y dedicación para llevar un poco de Rusia a los paladares mexicanos.