Según la Biblia, hace más de 2000 años, la humanidad fue testigo del cumplimiento de su esperanza más ansiada: conseguir una estrecha comunicación con Dios. La fiesta de la Navidad simboliza la reconciliación del hombre con Dios.
La Navidad recuerda la hazaña redentora de Jesucristo y la renovación de la naturaleza humana. Cuando abordamos el tema de la Navidad, a menudo diferenciamos la Navidad de tradición católica, que se celebra el 25 de diciembre, de la ortodoxa, celebrada el 7 de enero. Tal diferencia de fechas tiene claras explicaciones que no están relacionadas con la religión.
Tras la Revolución de Octubre (1917) Rusia adoptó el calendario gregoriano extendido en Europa desde el siglo XVI. La Iglesia ortodoxa rusa se negó a abandonar el hasta entonces utilizado calendario juliano, retrasado 13 días respecto al gregoriano y, en consecuencia, las festividades religiosas se desplazaron esos 13 días respecto al calendario seglar. Así, la Navidad en Rusia quedó ubicada el siete de enero.
Junto con las Iglesias ortodoxas de Rusia, Jerusalén, Georgia y Serbia, los católicos del rito oriental celebran su fiesta el 7 de enero, ya que también siguen el calendario juliano, mientras que 11 de las 15 Iglesias ortodoxas del mundo lo festejan el 25 de diciembre.