Los Montes Urales conforman una cadena montañosa de 2 mil 500 kilómetros de extensión que separa el continente europeo del asiático. Esta cordillera abarca los territorios de Rusia y Kazajastán, y alcanza su punto más alto en el monte Narodnaya, con mil 895 metros de altura.
Esta inmensa formación montañosa se remonta, según paleógrafos, de 250 a 300 millones de años atrás. El norte de los Urales podrían haber sido el último refugio del hombre de Neanderthal, que habitó la tierra durante el Paleolítico medio, entre 150 mil y 140 mil años a.C. Además de innumerables vestigios geológicos, esta región, inhóspita en algunos puntos, guarda misterios de los que sólo se escucha hablar veladamente.
Uno de los más conocidos es el que sucedió el 2 de febrero de 1959, cuando nueve montañistas murieron en circunstancias aún desconocidas. El incidente, conocido como el Paso Diatlov, ocurrió cerca de la montaña Otorten, que en idioma mansi significa: “No vayas nunca allí”. Los cuerpos de los escaladores mostraban señales de lucha y se les detectaron niveles de radiación. También suelen ser populares los avistamientos de ovnis.
Los Urales contienen una enorme riqueza mineral en sus entrañas, desde carbón, petróleo y gas natural, hasta piedras preciosas como la esmeralda, la amatista, la aguamarina, el jaspe, la rodonita, la malaquita y el diamante.
Así mismo, la cordillera ha sido hogar de diversos grupos humanos y ha visto nacer y perecer culturas a lo largo de los siglos. En la actualidad, las ciudades más visitadas en sus laderas son Ekaterimburgo, Cheliábinsk, Magnitogorsk, Ufá y Perm, donde suelen practicarse deportes de invierno.